EL CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE ALBATERA


El Campo de Concentración de Albatera fue uno de los más duros que hubo en España al final de la Guerra Civil.


Se instaló en lo que fue un antiguo campo de trabajo de la República. Inaugurado el 24 de octubre de 1937 por el ministro de justicia Manuel de Irujo, tuvo una capacidad de tres mil personas. En este campo de trabajo los internos realizaban, básicamente, labores agrícolas."Obra de dignificación social", sería la definición que de ellos haría el diario El Luchador, el 16 de octubre de 1937: "van llegando a Albatera los primeros grupos de presos políticosdestinados a este Campo de Trabajo, que dentro de poco será oficialmente inaugurado. El fundamento moral que inspiró la creación de estos campos para penados (es) la de incorporar a la vida de trabajo, a los que hasta ahora habían vivido la existencia parasitaria de verdaderos convidados sociales".


La República sacó de las prisiones a "sus traidores" para que pudieran incorporarse a la vida activa, de manera que cuando consiguieran la libertad "puedan hacerlo con los honores de hombre moderno, que gana su existencia con la cooperación de su labor a la obra nacional".


Según la Memoria Anual Reglamentaria del Campo de Trabajo del Segura (Sección de Albatera) que se elaboraba desde la inspección gubernativa, y cuya entrada al registro general del Ministerio de Justicia se fecha en el 21 de marzo de 1938, podemos destacar que se constatan las obras de construcción de barracones en los que se estima la habitabilidad de "unas dos mil personas." Entre los diversos apartados que constan en el informe, encontramos uno dedicado al tipo de trabajo que realizaban los presos, siendo éste, fundamentalmente, el de las "labores agrícolas". No podemos saber con seguridad la realidad de estas afirmaciones, pero algunos de los presos que estuvieron allí durante la II República alabaron las buenas condiciones de habitabilidad y que "se designa el trabajo de cada penado, según su edad, conocimientos específicos y cualidad física."



Pero terminó la Guerra Civil.



Y los vencedores mancillaron no sólo el nombre del Campo, sino su utilización.



El gobierno franquista se limitó a aprovechar el cerco de alambre y alguna estructura habitacional.



El resto, fue un infierno.



La Hoja Oficial de Alicante (28 / IV / 1939) cifraba en seis mil ochocientos a la población reclusa en Albatera; mientras que la memoria anual de 1938 hablaba de la posibilidad de albergar a dos mil personas. Obviamente, la última fuente estima esa cifra respecto a las estructuras habitacionales; sin embargo, los presos de 1939 se instalaron en el terreno que circundaba los barracones. Entre los testimonios, las cifras oscilan llegando incluso a hablarse de 20.000 ó 30.000



En cuanto a la alimentación, se trataba de un menú que ninguno de los supervivientes a conseguido olvidar: pan y sardina. Con el paso del tiempo y con un número de presos sensiblemente disminuido, el racionamiento evoluciona de las sardinas y el pan a un plato de caldo de lentejas.



Aunque este plato ya había sido común para algunos presos en el Campo de los Almendros, no menos denigrante resulta el hecho del estado de las letrinas. A pesar de que entre las instalaciones republicanas hay constatación de la existencia de servicios, nunca éstos fueron utilizados por los presos del franquismo que, durante los primeros días, realizaban sus necesidades en cualquier parte. Para resolver el problema que había provocado la alarma en la dirección, mandaron abrir zanjas en el terreno a modo de letrinas. Éstas se situaban justo debajo de las alambradas, con lo que conllevaba otras consecuencias indirectas el acercarse a ellas, ya que según nos indica un superviviente, "a cada preso le pertenecía un número y un grupo. Así pues, como medida antifuga se dictaminó que se fusilaría al número anterior y posterior que correspondiera con respecto al del fugado. Así, se conformaba una red de vigilancia interior con toda la fuerza que esa dominación psicológica y de enfrentamiento entre los reclusos conllevaba para los vencedores".



Además de estos asesinatos, también se cometían otros merced a las conocidas como sacas de los falangistas oruedas. Tanto en este lugar, como en otros centros de similares características, era un hecho habitual el que grupos de falangistas y caciques venidos de diferentes lugares viajaran a estos campos en busca de enemigos políticos paisanos que habían sido reclamados y de los que, una vez encontrados, ya no quedaba ni rastro.



Sobre las formas en que encontraron la salida estos supervivientes, podríamos escribir largo y tendido, ya que se debieron a causas muy heterogéneas: desde el traslado por enfermedad, pasando por el traslado a prisión; hasta la fuga, tras una ambigua medida burocrática ejercida desde el campo, mediante la cual dejaban a salir a los presos con la condición de que se presentaran ante el alcalde de su ciudad.



Los centros penitenciarios fueron el siguiente destino de los reclusos republicanos que sobrevivieron al campo de concentración de Albatera, que no de exterminio, a pesar de que así ha sido denominado por muchos autores; ya que no era el objeto de estos campos el del exterminio (a pesar de que se diese lugar a ello, en determinados momentos, en función de la criminalidad de los individuos o de la llegada de grupos falangistas) sino el de la humillación, el uso de la fuerza de trabajo y la represión de la moral.



El concepto de exterminio se refiere al asesinato masivo, como bien sería aplicable a campos nazis, pero no a este elemento concreto del franquismo.

TESTIMONIO DE UN SUPERVIVIENTE

Llegaríamos al muelle de carga de la estación ferroviaria de Alicante donde había preparado un tren de transportar ganado. Jamás podríamos pensar que aquel tren sería para nuestro traslado. ¡Qué poco conocíamos a nuestros enemigos ! No podíamos imaginar que la mente humana fuera capaz de concebir tanta maldad. Inmediatamente se nos ordenó subir a loscitados vagones, la mayoría de ellos con el estiércol de haber transportado ganado, donde tuvimos que acomodarnos de una manera inverosímil, ya que además de aquella suciedad, nos obligaron a introducirnos en cada vagón hasta 90 y 100 personas. Solíamos ofrecer alguna resistencia porque era materialmente imposible ponerse en pie, pero para ellos aquello no era un problema, lo resolvían dando culatazos con los fusiles o pinchando con loscañones de las metralletas, consiguiendo herir a varios, hasta introducirnos tantos cuantos querían en cada vagón. El veneno propagandístico que les dosificaron a aquellos los “muy católicos” sacerdotes Tenientes curas, tenía que dar el fruto apetecido, a unos sátrapas sinconciencia ni sentido humano. Enfundados en sus siniestras figuras de hombres malvados y con el complejo de supersoldados, sonreían mefistofélicamente ante nuestra desgracia, con miradas de fieras sedientas de sangre humana. Nuestro futuro no podía tener horizontes más lúgubres ni más fatídicos. Una vez dado el parte de precintado de vagones, la superioridad dio órdenes de marcha. Silbó la máquina del tren y seguidamente se puso en movimiento el convoy, como una oruga negra deslizándose por el camino de hierro, avanzando con dirección desconocida. Dejábamos atrás barriadas alicantinas y muchosbellos paisajes que en otras circunstancias nos hubieran deleitado. La máquina bufaba por el esfuerzo que realizaba, tirando del gigantesco reptil con su mercancía demasiado barata, sin que nadie, absolutamente nadie, nos dedicara una despedida, aunque con tristeza, que podía haber sido el revulsivo alentador para aquella juventud prisionera que iba muriendo lentamente, perdida en la selva vil de aquel trágico momento. Era la repetición de hechos llenos de generaciones, donde no hay piedad para el vencido, sin importar la inocencia ni el dolor que produce la tragedia. El tren caminaba lento, parecía querer alargar la existencia de sus viajeros, cogiendo bajo sus ruedas el tiempo para encerrarlo en las ánforas de losrecuerdos. Habíamos perdido toda noción de tiempo y lugar de donde podríamosencontrarnos, y creo recordar que en la estación de Elche se detuvo el convoy unos momentos para extraer, de las entrañas de los vagones malolientes, tres muertos por asfixia. Nadie se inquietó, nadie objetó una sola palabra. Eramos insensibles a nuestro propio dolor. Se bajaron a las víctimas y se dejaron tendidos en el andén de la estación. El tren continuó su lenta marcha, como dolido de las bajas producidas. Nosotros, los prisioneros, íbamos impávidos, encadenados a nuestro dolor, exhibiendo al mundo democrático nuestra tragediay también, por qué no decirlo, nuestras formaciones sociales y convicciones arraigadas en lo más profundo de nuestro ser, que nos mantenían firmes en nuestras ideas libertadoras. Al poco tiempo de su lenta marcha, un letrero y un silbido de la máquina nos anunciaba que estábamos en Albatera. Definitivamente se detuvo la gigantesca oruga negra y se nos echó abajo a punta de fusil y metralletas. ¿Quiénes esperaban en la estación a la expedición de prisioneros ? Los espadones y matones con algunos clérigos que ostentaban la representación de la España que comenzaba a nacer. La soldadesca no paraba de gritar ygesticular, amenazando siempre con fusilamientos masivos si no obedecíamos sus repugnantes gritos. Pero no todos pudimos bajar en aquella estación, ya que otros dos prisioneros habían perdido su vida pasando a las listas de mártires desconocidos. Dos víctimas más que quedaban en el andén de la estación, gritando a los países “democráticos” la ruta que había llevado el tren de la muerte. Así se iba escribiendo una nueva página de la historia de España, donde se enarbolaba el lema de “amaos los unos a los otros”. Aquellos hechos se grabarían en nuestras almas, dejando profundas huellas que no hemos podido borrar. Todo aquello nos parecían visiones de otros mundos, era como si el dolor y la crueldad tuvieran que ser necesariamente hermanados a nuestras vidas miserables, a nuestras cortas existencias. ¡Por fin el campo !. Sí, el “Campo de Albatera”, el campo que iba a servir para exterminar a los prisioneros de guerra, a los que estábamos predestinados asaciar la sed de venganza y la sed de sangre de los que habían triunfado, los que se regocijarían torturándonos, para arrancar mil gritos de dolor para su criminal satisfacción. El campo en un cuadrilátero rodeado de doble fila de alambradas y en su parte exterior, cada diez metros aproximadamente, había un emplazamiento de ametralladoras, servidas por soldados de los Regimientos de San Quintín y San Marcial ; esto no deja de ser una casualidad, que las fuerzas militares que debían tener la custodia del Campo y que iban a tener un vil comportamiento, llevaran los nombres de mártires y santos de la Iglesia, lo que nos obligaba a suponer la decidida participación en la represión que se empezaba a producir. En el interior del Campo, a derecha e izquierda, había unos barracones de madera, sucios y destartalados, que parecían estar construidos a propósito para la tortura psíquica. Huelga decir que la poca comodidad que se nos pudiera ofrecer no tenía cabida en aquellos lugares. El Jefe del Campo, como fiel pretoriano, ordenó que formásemos para decirnos, por si lo ignorábamos, que éramos prisioneros de guerra y debíamos estar sometidos a las ordenanzas militares y formar tantas veces como se nos ordenara, informándonos que losintentos de evasión los castigaría con fusilamientos masivos. Todos íbamos tomando conciencia de que se nos había encadenado a una situación de terror, pero aún así, confiábamos en que comenzaríamos una nueva etapa en la quietud de aquel cuadrilátero, que aunque sin prados ni vegetación, se limpiarían nuestras pupilas de aquella carroña humana que nos guardaba y vigilaba, ensuciándonos sólo con su presencia. Se solían oír lamentos llenos de indignación, que se escapaban de gargantas rotas y acongojadas por la traición y el engaño. Aquella juventud triste y sin sonrisas ni esperanzas, nos fuimos familiarizando con lo peor, hasta convencernos de que nuestra libertad sólo la tendríamos con nuestra muerte. Aquel comportamiento sórdido e inhumano no dejaba de ser el inicio de una nueva era que traía para nuestro país, en la punta de las bayonetas con la persecución sistemática y el crimen organizado para exterminar a los vencidos, no sólo política y socialmente, sino también como personas. ¡No hay peor tragedia para los pueblos, que los gobierne un hombre que se olvida que es hombre!. Todos los días desfilaban ante nuestro silencio decenas de prisioneros fallecidos por hambre. Aquel ambiente estaba sobrecargado de negros nubarrones, proyectando sobre nosotros sus negras sombras de exterminio. Se sucedían la horas sin que nadie dijera algo que nos diera la ilusión de que íbamos a superaraquella tremenda situación. A todos nos acosaba la idea de que moriríamos de hambre y de sed. Desde la fecha que habíamos ingerido las hojas y el fruto en formación de los almendros, nada había pasado por los vacíos estómagos de la mayoría de los prisioneros. Un toque de corneta lanzado al aire dentro de aquel recinto, nos hizo pensar en que se nos llamaba para darnos algún alimento. Pero no que lo que nosotros, pobres de nosotros, habíamos pensado. Se trataba de la retreta y a los pocos minutos el silencio, para que en el Campo no se oyera ni una sola palabra de protesta. Arañando como pudimos en la tierra, tuvimos que acomodar nuestro cuerpo al terreno o viceversa, ya que era el lecho que quizás aquella noche acogiera nuestro esquelético cuerpo para la eternidad. En aquellas terribles condiciones aseguramos que aquel recinto seguía devorando a los hombre moral ymaterialmente, la muerte representaba para nosotros un acto de liberación. Aquella trágica noche no parecía tener la sucesión de un nuevo día, la alborada no terminaba de llegar. Pero sí, cuando el alba nos dio con sus imperceptibles hilos dorados, pudimos contemplar aquel cuadrilátero sembrado de personas, traspasados de dolor y con los rostros denodados, dándonos la desagradable impresión del patetismo que para nosotros había representado aquella noche. Aquella visión en conjunto era apocalíptica y daba la sensación de que todo había terminado para el género humano. Era, en fin, una primera noche a la queiban a sucederle muy pocas para muchos de los prisioneros que estábamos allí. Constantes ráfagas de ametralladoras nos indicaban que no debíamos movernos hasta que no se nos ordenara. Un toque de corneta hizo callar a las ametralladoras y volvernos a nosotros al movimiento corporal y a la realidad que estábamos viviendo. Se nos ordenó formar en filas de tres, con la advertencia de que nadie se moviera porque ello daría lugar a perder la ración de comida de todo el día. Pero ¡oh, paradoja ! en lugar de darnos la comida, empezaron a revisarnos, a todos los prisioneros, una comisión integrada por falangistas uniformados, un sacerdote y un militar de alta graduación. A medida que se nos iba pasando revista, reparaban en algún que otro de los detenidos, y cuando era identificado como conocido o paisano de los comisionados, lo aislaban al pabellón número uno. Así una vez, así muchas veces hasta localizar a los desgraciados que tenían que llenar el citado barracón. Después cada cual se imponía su propio silencio, ahogando en su dolor la desgracia de su juventud y de su vida destrozada, porque sólo quedaba una etapa que cubrir : “Las Palmeras”. Allí se torturaba hasta dejar a los hombres hechos monstruos, para después asesinarles. ¡Ay palmeras altivas de las inmediaciones del Campo de Albatera ! Fuisteis testigos mudos de los mil gritos que tuvo el dolor, y testigos también, de un largo capítulo de horror de la Historia de España. El desamparo de la víctimas les hacía mas vulnerables, para que los malvadospudieran saciar su sed de venganza, su sed de odio y su sed de sangre. Vosotras, palmeras altivas, veíais los ojos desencajados de los que iban a ser despiadadamente torturados, buscando en vosotras el refugio y consuelo que no podíais dar, e impasibles presenciabais la danza macabra de la muerte. Contemplabais a personas destrozadas por las torturas, y en vuestras sombras eran abandonados cuerpos sin vida de criaturas que no habían cometido más delito que no compartir el ideario político de los que triunfaban. Nunca jamás se podrá describir no palabras los gritos de amargura y dolor arrancados con las torturas de que eran objeto. Soy de los que practican y propagan el perdón de todas las manifestaciones de la vida, pero perdonar no significa olvidar, porque entonces la Historia no tendría razón de ser, habría perdido todo su sentido, concienciando de los fallos del pasado para corregirlos en la medida que fuera posible. Un pueblo sin historia es un pueblo que nace cada día, y todos sus errores deben ser tolerados por su infantilismo y por su desconocimiento del pasado. Pero, eso sí, ha de ser veraz, clara y comprensiva, ya que ella, la historia, puede cambiar el rumbo de los pueblos. Es por esto por lo que recordamos que las páginas negras de la Historia de España fueron escritas durante los años 1936 a 1943, como consecuencia de una sublevación cívicomilitar, provocada por todas las instituciones Administrativas y Militares contra su propio pueblo. ¡Qué tremenda tragedia la del pueblo español ! ¿Qué irracionalidad más monstruosa les animaría para realizar aquel fenómeno, olvidando que somos hijos de la misma especie y cabalgamos todos a lomos del mismo planeta ? ¡Empecemos desde ahora a ser humanos, a ser solidarios y, en definitiva, a amarnos todos un poco más!. Las formaciones de los prisioneros en el Campo eran cada día más frecuentes. Nuestras vidas pendían de un insignificante y débil hilo, que se podía romper con una simple mirada de nuestros visitantes. Así vegetábamos una hora y otra hora, pendientes a cada formación ser apartados para ir al barracón. Por fin la comida. Se nos ordenó que cada 20 prisioneros nombrásemos a un delegado, que se haría cargo de la comida para todo el grupo. El delegado se presentaba al lugar que se le ordenaba y volvía con la ración siguiente : una lata de sardinas de 125 gramos y un chusco de 200 gramos, para cada 5 personas. Esta ración, aunque parecía destinada a ser diaria, por razones que nadie entendía, se nos entregaba cada dos o tres días. Pese a esta burla nadie hizo ninguna protesta, siendo conscientes de que con esta cantidad de alimento lo que se pretendía era mantenernos con vida hasta la llegada de las fatídicas comisiones. Otro capítulo no menos importante era el agua para beber, pues llevábamos varios días sin probarla y no podíamos evitar aquella deshidratación que se nos estaba produciendo. La sed y el hambre destrozan todos los valores humanos, por muy sólidos que estos sean. A los pocos días de estar en Albatera,independientemente de las constantes visitas que se nos hacían, se empezaron a recibir en las oficinas del Campo, informes de peligrosidad de los allí encerrados. Los solían enviar Ayuntamientos, Falanges y Guardias Civiles, sin tener la seguridad de que los nombres que remitían estuvieran en aquel lugar. No obstante, se pregonaban los nombres y apellidos y si alguno oía el suyo y se presentaba, inmediatamente era apartado al barracón número uno, para que estuviera preparado para cuando lo reclamara la Comisión. Para facilitar el trabajo de localización de prisioneros le añadieron al Campo otro cuadrilátero de un tamaño similar al que nos encontrábamos. Estaba custodiado por las mismas fuerzas y se comunicaban ambos espacios por unas puertas grandes de alambre. Cuando llegaban a por prisioneros nos traspasaban de uno al otro apartado, para después de situados en la misma puerta de salida, los comisionados nos hacían desfilar de dos en dos por delante de ellos, en aquelpasillo de la muerte. Huelga decir que el prisionero que era identificado tenía las horas de vida contadas. Aquella caza de hombres indefensos era inhumana y tremendamente marcada por el espíritu de exterminio. La actitud de aquel comportamiento tan refinado de crueldad llegó a cotas inimaginables. Si alguna Comisión de las que nos visitaba no encontraba a sus desgraciadas víctimas, escogía del barracón a unos cuantos de los allí retenidos y en las palmeras próximas, los torturaban y después los asesinaban para saciar su sed de odio y de venganza. El eco de aquella tragedia se ahogaba en aquel recinto sin que trascendiera, aunque nadie podía hacer nada para auxiliar a las víctimas. A los pocos días de darnos la primera comida, llamaron a los delegados de grupo y se les hizo entrega de un bote de lentejas de 125 gramos y un chusco de 200 gramos, siempre para cada cinco personas. También se anunció que se nos daría agua, cosa que sólo con el anuncio ya nos hizo sentirnos un poco optimistas. Se nos había olvidado en aquel momento la tremenda ola de dolor que nos estaba hundiendo en el abismo de la desesperación. Pero en medio deaquel desolador panorama, brillaba dentro de nosotros la luz insignificante de la esperanza, porque creíamos (¡tremendo error !) que no desaparecería la obra cultural, hecha de siglos, para convertirla en humeantes y fantasmales ruinas. En aquel campo de exterminio “celebramos” el VIII Aniversario de la II República Española, ¡desgraciada fecha para los prisioneros ! Hubiera sido más humano hacer una matanza colectiva con todos nosotros antes de someternos a aquel tormento permanente de las interminables visitas de tanto siniestro personaje, con insultos crueles, asegurándonos que sería el último aniversario para casi todos los desafortunados prisioneros. Desde luego, aquel día fue festejado por los crueles enemigos mofándose, torturando y masacrando. Después nos solían decir que debíamos estar satisfechos por ser una fecha señalada para nosotros. Aquel día sufrimos lo indescriptible, bajo la sanguinaria actitud de unos desalmados personajes. El hecho de burlarse del dolor de indefensos prisioneros sólo podía tener un calificativo que dejamos en el aire, ya que en aquella actitud era un reto a dos mil años de civilización. Una ligera lluvia comenzó a caer en aquella trágica tarde, tiñéndola de oscuros presagios, para darnos patetismo al momento que estábamos viviendo. La lluvia nos fue liberando de aquella barbarie horrible de dolor y de muerte. Pero al aumentar su intensidad encharcó el Campo, anegando nuestro lecho de descanso, y quizás de muerte. Para muchos de los que ya estábamos cargado de fiebre, aquella lluvia empezó a minar nuestro débil estado físico de tal manera que, tendidos en la tierra, (o por mejor decir, en el barro) pensábamos sobre aquella situación, sin poder sacar consecuencias positivas que nos animaran en nuestra lucha interior por sobrevivir. Al quedar exánime por la alta temperatura que debió alcanzar mi fiebre, solía oír llover y llover, cayendo sobre mi cuerpo el bálsamo refrescante del agua, como si fuera algo que quisiera darme más vida para seguir sufriendo. Pero llegó un momento en que me encariñé tanto con el fin de mi vida que aquello lo veía como un hecho revolucionario, que me liberaría de las vejaciones de aquel monstruoso calvario. Pese a mi delirio febril, me di cuenta de como se me transportaba, junto con otros prisioneros, sin saber donde nos llevarían. Después de un largo y accidentado viaje, llegamos a un lugar donde se hizo con nosotros una parodia procesional para exhibirnos y vejarnos aún más. Nuestra insensibilidad fue aumentando hasta convencernos de que éramos los designados para lainmolación. ¡Era el frío fatalismo que nos empujaba al sacrificio de nuestras vidas ! Lacóncava bóveda celeste parecía mostrarse más lejana, más solo y más triste. Todo parecía más sombrío porque seguíamos siendo despojos de la pasada esclavitud y nos estaba prohibido pensar en la idea socrasanta de la fraternidad y la libertad, para no inquietar a los potentados que pudieran levantar con sosiego sus alcázares repletos de lujo a costa de la miseria del pueblo, como en tiempos medievales. Sin duda los españoles estábamos predestinados a inaugurar el cementerio del mundo, donde se empezarían a enterrar laslibertades de los humanos. ¡Amantes de la cultura y el progreso, seguir vuestra honrosa obra sin olvidar que el silencio de hoy será rasgado por los gritos universales de Paz y Libertaddel mañana!.



Manzanares, Octubre de 1982. Juan CABA GUIJARRO.

Listado provisional de prisioneros del campo de Albatera


Prisioneros libertarios



Disponible y en construcción permanente en la pagina web www.campodealbatera.org 

AMIL BARCIA, Manuel. Cenetista, nacido hacia el año 1907, seguramente en Santiago de Compostela; vecino de A Coruña. Casado. Carpintero. Secretario de la Federación del Transporte de la CNT. En 1936 logró huir de A Coruña al sublevarse los fascistas. Organizador del transporte madrileño durante la guerra. Combatió en las milicias de Cipriano Mera, participando en el proceso de militarización de las columnas anarquistas en enero de 1937. Miembro del Comité de Defensa de la CNT del Centro. Detenido por los franquistas al finalizar la guerra, pasó por los campos de concentración de Los Almendros y Albatera (Alicante). Trasladado a Madrid, estuvo en la comisaría de la calle Almagro, donde fue torturado. Secretario general del cuarto comité nacional clandestino (1941) y del sexto (1944) hasta que dejó el cargo en manos de Catalá con la intención de pasar a Francia y arreglar los problemas con el exilio. Detenido en 1945 durante el pleno catalán de las Juventudes Libertarias (JJ.LL.) celebrado en Barcelona. En 1948 logró escapar de las obras de Cuelgamuros (Madrid), pero fue de nuevo detenido camino de Francia. Pasó muchos años en prisión. Murió en Pontevedra en 1972.

ANDREU GARCÍA, Manuel. Cenetista, vecino de Almoradí (Alicante). Al finalizar la guerra fue detenido por los franquistas, siendo internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante).

ANTONA DOMÍNGUEZ, David. Anarquista, nació en Bercimueble (Salamanca) el 22 de noviembre de 1904. Miembro del Sindicato de la Construcción de la CNT en Madrid y de la Federación Anarquista Ibérica. Durante la dictadura de Primo de Rivera estuvo exiliado en Francia. Establecido en Bordeaux (Gironde), fue uno de los principales animadores del grupo español  Cultura Popular. En agosto de 1931 regresó a España, participando como orador en los grandes mítines del movimiento libertario. En mayo de 1936 fue uno de los principales animadores del comité de huelga que paralizó la construcción en Madrid, siendo encarcelado. Liberado el 18 de julio de 1936, ejerció hasta septiembre de 1936 como secretario provisional del Comité Nacional de la CNT.  El 20 de julio, a través de las ondas de "Union Radio", llamó a la resistencia, participando al día siguiente en el asalto al cuartel de La Montaña. Después se unió a la Columna de Mera con la que se apoderó de Guadalajara. Secretario de la CNT madrileña, fue enviado a Bujaraloz para convencer a Buenaventura Durruti de venir a Madrid y asegurar la defensa de la capital. Redactor del periódico CNT. Gobernador Civil de Ciudad Libre (Ciudad Real). Detenido por los franquistas al finalizar la guerra, estuvo en los campos de concentración de Los Almendros y Albatera (Alicante), así como en la cárcel de Orihuela. Miembro de la expedición de los 101 presos trasladados a Madrid. A finales de 1939 estaba en la cárcel madrileña de Porlier, siendo condenado a muerte en marzo de 1940, pena que le sería conmutada por la de 30 años de prisión. Enfermo de tuberculosis fue trasladado a la prisión de Santa Rita, en Madrid, siendo liberado en diciembre de 1943. Muerto el 15 de marzo de 1945 en Madrid. 

ARIÑO REMIS, Antonio “Catalán”. Anarquista, natural de Barcelona. Ajustador mecánico de 38 años. Perteneció a CNT-FAI. Fugado de la Guayana francesa. Detenido por los franquistas, fue internado en el campo de Albatera (Alicante). Trasladado a Madrid, fue torturado en la comisaría de la calle Almagro y en Alcalá. Estaba considerado como uno de los policías más duros en la represión contra los simpatizantes de los sublevados. Fue acusado de la muerte de “centenares” de personas en Madrid y otros pueblos de la provincia, así como de haber pertenecido a las Milicias de Vigilancia de la Retaguardia y formado parte de la checa de Fomento y al consejillo de Buenavistas. Fusilado el 27 de abril de 1940, junto a cuarenta y siete personas más, en las tapias del cementerio del Este, en Madrid. 

ASPAS ARGILÉS, Gabriel. Anarquista, nació en Orea (Guadalajara) el 13 de marzo de 1912. Militante de la CNT, trabajó en los Altos Hornos de Sagunto. Iniciada la guerra combatió en el frente de Teruel, donde resultó herido. Seguidamente lo hizo en la Columna de Hierro. Al final de la guerra fue detenido por los franquistas en el puerto de Alicante, siendo internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante). También estuvo en la cárcel de Valencia. Liberado, fue enviado al pantano de Benagéver, lugar donde creó la CNT y contacto con la guerrilla. Denunciado, fue encarcelado en Valencia. Al ser excarcelado marchó a Francia, residiendo desde 1950 en Béziers. Falleció en Béziers el 12 de octubre de 1997.

BAJO BUENO, Francisco. Anarquista madrileño. Soltero; hijo del doctor Bajo Mateos. Estudiante. Detenido al finalizar la guerra, fue internado junto a su padre en el campo de concentración de Los Almendros y en el de Albatera (Alicante). Puesto en libertad por ser menor de edad. Secretario de la FIJL y miembro del Comité Nacional de CNT clandestino en 1944. Secretario del Comité Regional de Centro, el 6 de octubre de 1945 fue detenido, siendo condenado a 20 años de prisión el 21 de marzo de 1947. Logró escaparse y marchar al exilio.

BARRANCO HANGLIN, Antonio. Anarquista, nació en Tánger el 9 de octubre de 1907. Su abuelo materno fue Edward Hanglin, un periodista ácrata británico amigo de Bakunin y de Fermín Salvochea. A los 16 años, su familia se trasladó a Valencia, allí Antonio se afilia al Sindicato de la Construcción cenetista, y toma parte en actividades de lucha social. A los 18 ingresa como mozo en la compañía del Ferrocarril Central de Aragón, donde se convertirá en uno de los principales líderes sindicales; representará la Federación Nacional de la Industria Ferroviaria en el comité nacional de la CNT. En una de sus represalias la compañía lo trasladó a Teruel, donde constituirá el primer Sindicato de Oficios Diversos de la CNT así como el diario local Despertar Campesino. En 1934 fue encarcelado y despedido del ferrocarril, siendo readmitido con la amnistía promulgada por el Frente Popular. A finales de 1936, marchará hacia Madrid con el cargo de asesor ferroviario del Consejo del Transporte y Avituallamiento de la Junta Delegada de Defensa de Madrid, jugando un papel destacado en su aprovisionamiento alimentario. Capturado en el puerto de Alicante será trasladado al campo de concentración de Albatera, desde donde conseguiría escapar hacia Valencia. Inmediatamente comienza su actividad clandestina con la finalidad de reorganizar la confederación. En 1945 fue detenido por la policía en Madrid, consiguiendo escapar nuevamente y llegar hasta la embajada inglesa. Entre 1945 y 1946 guardó los archivos de la CNT en la embajada hasta que las presiones del régimen nacional-católico, obligaron a la CNT a facilitar la fuga de Barranco hacia Francia donde sigue actuando en la resistencia antifranquista, ocupando cargos y realizando numerosos viajes clandestinos al interior. Falleció en París el 19 de octubre de 1992.

BARRIO SAMPER, Florencio. Cenetista de Costean (Huesca). Labrador de 23 años. Afiliado a la CNT de su pueblo. Detenido por los franquistas, estuvo internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante) y en las cárceles de Barbastro y Huesca. Condenado a muerte en consejo de guerra celebrado en junio de 1939, fue ejecutado en Barbastro (Huesca) el 27 de marzo de 1940.

BAZTÁN, Melchor. Cenetista, militante de los sindicatos ferroviarios de la CNT. Faísta en el grupo de Pastor Sevilla. Miembro del Consejo de Defensa Confederal y representante de la CNT en el Estado Mayor de la Zona Centro, hasta que fue disuelto por Rojo. Al final de la guerra fue detenido en el Puerto de Alicante, pasando por los campos de concentración de Los Almendros y Albatera (Alicante). Trasladado a Madrid, fue condenado a largos años de cárcel: Toreno, Santa Rita… Falleció en Madrid el 25 de febrero de 1983, con 78 años.

BLANCO GARCÍA, Lucía. Detenida por los franquistas al final de la guerra, estuvo interna en el campo de concentración de Albatera (Alicante). En 1943, junto a su compañero Jacinto Rueda, establecieron una gestoría en León, lo que les permitió afianzar la CNT en esta ciudad.

BUITRAGO, Amor. Anarquista valenciano, hijo de Victoriano Buitrago. Miembro de las Juventudes Libertarias de Madrid y del Comité Regional del Centro. Detenido por los franquistas al final de la guerra, fue internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante), donde claudicó y se puso al servicio de la policía. Trasladado a Madrid, permaneció preso un par de años.

BUITRAGO GARCÍA, Victoriano. Anarquista, natural de Almodóvar del Campo (Ciudad Real). Casado, padre de Amor Buitrago. Carpintero de 50 años. Concejal de Vallecas (Madrid). Capitán de una compañía de dinamiteros durante la guerra. Miembro de las Milicias de Vigilancia de Retaguardia y del consejillo de la comisaría de Buenavista. Fue responsabilizado por los franquistas de los sucesos del tren de Jaén. Compañero de detención de Eduardo de Guzmán en el campo de concentración de Albatera (Alicante), así como en la comisaría madrileña de la calle Almagro. Fusilado el 9 de mayo de 1942, junto a ocho personas más, en las tapias del cementerio del Este, en Madrid. 

CABA GUIJARRO, Juan. Anarquista, nació en Manzanares (Ciudad Real) el año 1912. Jornalero, A los 18 años entra en el grupo anarquista "Fraternidad", ocupando un año más tarde, el cargo de Secretario Comarcal de la Federación Anarquista Ibérica (F.A.I.). En 1931 encabeza la secretaría comarcal de la FAI, y al año siguiente lo encontramos en la Junta de jornaleros del sindicato de la Confederación. En 1936, al producirse el golpe de estado contra la II República, se incorpora a las milicias anarquistes, interviniendo en la creación de la columna España Libre. Combatió contra las fuerzas fascistas en los frentes de Madrid, Castellón y Extremadura. Tras la derrota militar, fue detenido en el puerto de Alicante, siendo internado en los campos de concentración de Los Almendros y de Albatera y en las cárceles de Manzanares, Badajoz y Ciudad Real. Fue condenado a muerte en un consejo de guerra sumarísimo, pena que le fue conmutada posteriormente por 30 años de cárcel, pasando por las cárceles de Manzanares, Badajoz y Ciudad Real. Liberado a fines de 1946 encabezó la CNT manchega. 

CAROD LERÍN, Saturnino. Anarquista, nació en Moneva (Zaragoza) el 21 de febrero de 1903. Emigrante en Francia, regresó al poco tiempo a Barcelona donde trabajó como obrero de la construcción. Formó parte de un grupo de acción frente al pistolerismo empresarial, viéndose obligado a exiliarse a Francia durante la dictadura de Primo de Rivera. Volvió  con la República, destacando por su militancia en el sindicato de la construcción de la CNT zaragozana. Iniciada la guerra, el 19 de julio se marchó de Zaragoza. Jefe de la llamada Columna Carod-Ferrer, mayoritariamente compuesta de libertarios aragoneses. A principios de la guerra combatió en pueblos aragoneses del sur del Ebro, integrándose posteriormente en la Columna Confederal Sur-Ebro al cargo de Antonio Ortiz, ocupando Saturnino Carod el cargo de comisario político. Participó en los combates de Belchite, Teruel, Alfambra y Levante. Detenido en Alicante al final de la guerra, estuvo internado en los campos de concentración de Los Almendros y Albatera (Alicante) de donde escapó con Castán y Vicente Esteban a Francia. En  enero de 1941 entró en España, regresando a Francia para informar de la situación. En junio de 1941 vuelve a España con la intención de reorganizar la CNT, pero en 1942 será detenido y sometido a dos consejos de guerra y condenado a muerte, pero finalmente quedará en una condena de treinta años de lo que cumplió 18. Liberado en 1960, trabajó en el transporte y en espectáculos públicos, participando al final del franquismo en la recomposición de la confederación. Murió en Barcelona el 7 de marzo de 1988.

CASASÚS LACASTA, Mariano. Anarquista, en 1931 asistía a la Peña Salduba de Zaragoza. En 1935 colaboraba en el Centro Obrero Aragonés en Barcelona. Durante la guerra luchó en la Columna Carod-Ferrer. En 1937 dirigió, junto a Salas Cultura y Acción en Alcañiz. Detenido al final de la guerra, estuvo internado en los campos de concentración de Los Almendros y Albatera (Alicante). Hacia 1944-45 dirigió en Barcelona la clandestina Solidaridad Obrera. En 1976 participó en la Asamblea de Sants.

CASTÁN GUILLÉN, Victorio. Anarquista, nació en Zaragoza en 1901. Pintor de profesión. Durante la guerra, luchó en la Columna Carod-Ferrer, mandando posteriormente la 25ª División del Ejército Popular Republicano con el grado de teniente coronel. Al finalizar la guerra fue apresado en Alicante, siendo internado en el campo de concentración de Albatera. Con la ayuda del comité Pallarols se escapó a Francia, en compañía de Carod y Vicente Esteban. A comienzo de 194º se encontraba retenido en el campo de Vernet. Expulsado dos veces de Francia aceptó participar en acciones antialemanas del espionaje francés, abandonando la militancia en la CNT para evitar malas interpretaciones. Se suicidó en Bayona (Francia) en mayo de 1983, al poco de fallecer su esposa.

CASTÁN MORA, Luis. Natural de Campo (Huesca). Desde muy joven militó en las Juventudes Libertarias y en la CNT de Barcelona. Iniciada la guerra se enroló en las milicias del Batallón Aragón confederal. Posteriormente, como teniente luchó en la 25ª División. Acabada la guerra, fue detenido por los franquistas, siendo internado en el campo de Albatera (Alicante). En 1979 asistió al V Congreso, Falleció en Zaragoza el 18 de marzo de 1979.

CABA GUIJARRO, Juan. Anarquista, nació en 1912 en Manzanares (Ciudad Real). Jornalero campesino, a los 18 años entra en el grupo anarquista "Fraternidad", ocupando un año más tarde, el cargo de Secretario Comarcal de la Federación Anarquista Ibérica (F.A.I.). En 1936, al producirse el golpe de estado contra la II República, combatió contra las fuerzas fascistas en los frentes de Madrid, Castellón y Extremadura. Tras la derrota militar, fue detenido en el puerto de Alicante, estando preso en los campos de concentración de Los Almendros y de Albatera (Alicante) y en las cárceles de Manzanares, Badajoz y Ciudad Real. Fue condenado a muerte en un Consejo de Guerra Sumarísimo, pena que le fue conmutada posteriormente por 30 años de cárcel.

COMA SANTACREU, José. Anarquista de Olván. Al final de la guerra fue detenido por los franquistas, siendo internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante). Años más tarde fue fusilado en el campo de la Bota de Barcelona.

CONTINENTE BERMÚDEZ, Cayetano “Abuelo”. Anarquista, natural de Tauste (Zaragoza); vecino de Moncada (Valencia). Casado, dos hijos. Campesino de 53 años. Durante la guerra civil fue uno de los integrantes del grupo denominado Libertador encargado de operar tras las filas enemigas en Aragón. Al finalizar la guerra fue internado en el campo de Albatera (Alicante). Trasladado a Madrid en la expedición de los 101, fue salvajemente torturado en las comisarías o centros de detención de Almagro, 36 y Alcalá. Acusado por el SIPM de ser el jefe de los guerrilleros de Aragón. El 22 de agosto de 1939 ingresó en prisión, siendo fusilado el 16 de octubre de 1940, junto a veinte personas más, en las tapias del cementerio del Este, en Madrid.

COSCOJUELA MUR, Jacinto. Anarquista, natural de Costean (Huesca). Labrador de 23 años. Afecto al republicanismo y a la CNT. Detenido por los franquistas al final de la guerra, estuvo internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante). En agosto de 1939 fue trasladado a la cárcel de Barbastro (Huesca), siendo condenado a muerte en el mes de septiembre de aquel mismo año. Muerto por un centinela cuando intentaba escapar de la cárcel.

CUBILES GARCÍA, Mariano. Uno de los internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante), citados por Eduardo de Guzmán en El año de la victoriaTestimonio de los campos de concentración franquistas.

DAMIANO GONZÁLEZ, Cipriano. Anarquista, nació en Comares (Málaga) el 22 de septiembre de 1916. En 1931 se afilió a la CNT, siendo uno de los fundadores de las Juventudes Libertarias (JJLL) en Málaga. Al final de la guerra, fue detenido por los franquistas en el puerto de Alicante, siendo internado en los campos de concentración de los Almendros, Albatera (Alicante), Porta Coeli (Serra, Valencia), y en el castillo de Gardeny (Lleida) donde se le incorpora al batallón de trabajo número 22. En 1941 llegó a Málaga, dirigiéndose a pie hasta Algeciras (Cádiz) con la intención de alcanzar a nado Gibraltar, pero tropezó con las fortificaciones y cambió de idea. Con documentación falsa logró entrar en los destinos civiles del Ejército. Gracias a sus conocimientos de taquigrafía y contabilidad consiguió un puesto en la Comandancia de Ingenieros de Cádiz, desde donde manejará la red que le mantenía en contacto con la guerrilla andaluza. Por la noche, en la imprenta de la Comandancia, escribía, imprimía y empaquetaba el periódico Solidaridad, portavoz del Comité Regional de la CNT en Andalucía. Fue vicesecretario del CN confederal en 1949 y secretario en 1951, siendo detenido en 1953 y condenado a 15 años de cárcel, pena que cumplirá en Carabanchel y Guadalajara. Al salir en libertad se traslada a Barcelona, donde trabaja en una empresa de publicidad. En abril de 1965 es detenido de nuevo, fugándose espectacularmente y pasando a Francia. Al poco tiempo regresa a España, fijando su residencia en Madrid. Detenido en 1970 no fue excarcelado hasta 1973. En el posfranquismo coopera con la CNT resurgida y se orienta en contra de la línea “ortodoxa”. Falleció en Sabadell (Barcelona) el 17 de abril de 1986.

EJARQUE PINA, Antonio. Anarquista aragonés. Metalúrgico. Formó parte del Comité Nacional que desencadenó el movimiento revolucionario de diciembre de 1933 en Aragón, Rioja y Navarra como réplica al triunfo de las derechas el mes anterior, permaneciendo hasta abril de 1934 en la cárcel de Burgos. En los comienzos de la guerra luchó contra los sublevados en las calles de Zaragoza, incorporándose posteriormente a las columnas confederales procedentes de Cataluña. Comisario general de la 25ª División del Ejército Popular Republicano, distinguiéndose en los frentes de Madrid, Belchite, Teruel y Levante. Detenido por los franquistas al final de la guerra, estuvo internado en los campos de concentración de Los Almendros y Albatera (Alicante). En marzo de 1946 es nombrado delegado de CNT en la Alianza Nacional de Fuerzas Democráticas. A comienzos de 1947 pasó a Francia para manifestar el apoyo condicionado de los cenetistas del interior al gobierno Giral. Regresó al interior, continuando sus labores clandestinas como delegado de Aragón en el comité nacional de Enrique Marco. Tras la detención de éste ocupó la secretaría general de la CNT hasta septiembre de 1947, fecha en la que fue detenido. Encarcelado en Ocaña, se fugó el 8 de mayo de 1948 y pasó a Francia.

ESPINOSA CASADO, Luis. Comunista, natural de Escañuela (Jaén). Durante la guerra estuvo a las órdenes de Pedro Checa, en el “aparato militar” del PCE. Tras intentar salir de España por Alicante, estuvo recluido en los campos de concentración de Albatera y Portacoeli. Con la libertad condicional regreso a su pueblo natal, pero al ser movilizado su remplazo le declararon desafecto, siendo enviado a un batallón de trabajadores con base en Rota (Cádiz). En julio de 1942 se evadió marchando a Madrid, donde trabajará en la reorganización del PCE. Secretario de organización de la dirección central del PCE con Jesús Carreras. Detenido en 1943, no reconoció en las declaraciones realizadas ninguna de las acusaciones que se le hicieron, ni siquiera a su padre que había sido detenido con Carreras.

ESPLANDIÚ PENA, Enrique. También aparece como Nicanor Esplandiú Pena. Linotipista. Detenido por los franquistas al final de la guerra, estuvo internado en los campos de concentración de Los Almendros y Albatera (Alicante). A finales de 1945 fue nombrado secretario jurídico del comité nacional, con Ángel Morales como secretario, el cual fue sustituido en marzo de 1946 por Lorenzo Íñigo Granizo. Tras el pacto de Juan José Luque con los monárquicos, la regional del Centro nombró a Esplandiú como delegado en la Alianza Nacional de Fuerzas Democráticas, acompañado de Íñigo. El 9 de abril de 1946 fue detenido de nuevo, junto a la mayoría de los miembros del Comité Nacional y varias decenas de militantes, unos 80.

ESTEVE, Eduard Josep. Anarquista, nació en Casinos (Valencia) el año 1916. Afincado en Valencia desde 1931, las lecturas de Malatesta, Kropotkin, etc., le animaron a afiliarse al anarquismo; ingresó en el Sindicato de la Construcción de la CNT y colaboró con otros grupos afines como con los esperantistas de Libera Vivo, así como con el movimiento naturista, etc.. Miembro de las JJLL y fue delegado de su federación local por la Vega Alta, más tarde fue elegido secretario general de las JJLL locales y provinciales valencianas. Tras la sublevación de julio del 36, Esteve participa en el asalto de los cuarteles de Albereda en Valencia, permaneciendo como secretario general durante toda la contienda. Detenidoal final de la guerra en el puerto de Alicante, estuvo internado en el campo de Los Almendros y Albatera. Consiguió escapar hacia Barcelona, y alcanzar la frontera, siendo encarcelado por las autoridades francesas en Perpiñán. En el campo de Saint Cyprien le obligaron a tomar parte de una compañía de trabajadores desplazada a la frontera belga. Pudo escapar de los alemanes, llegar hasta Toulouse e incorporarse en 1941, al grupo de Ponzán. Regresó a España a finales de 1942, comenzando una intensa actividad clandestina hasta que fue detenido en mayo de 1947, permaneciendo en prisión dos años. Una vez en libertad se afilia al importante Sindicato del Espectáculos de la CNT en Barcelona del que será nombrado presidente (1952); nuevamente detenido, fue condenado a cuatro años de los que cumple dos; en los sesenta toma parte en las tentativas de reconstrucción cenetista al tiempo que denuncia el colaboracionismo cincopuntista, pero también se mostrará en disconformidad con la CNT del exilio hasta punto de separarse del sindicato.

FERNÁNDEZ, Julián. Médico anarquista. Secretario de la Federación Local de Sindicatos de Madrid. En mayo de 1936 tomó parte activa en la huelga general de la construcción, formando parte de su comité de huelga. Director de prisiones en 1937, al final de la guerra fue detenido por los franquistas, siendo internado en los campos de concentración de Los Almendros y Albatera (Alicante). Trasladado a Madrid, fue torturado en la comisaría de la calle Almagro, de donde pasó a la prisión madrileña de Santa Engracia. En 1967 aparece como tesorero de la CNT en Inglaterra. En 1977 formó parte del Comité Nacional de Gómez Casas.

GALLEGO CRESPO, Juan. Anarquista, nació en Torreperogil (Jaén) el año 1885. Desde muy joven militó en distintas organizaciones afines en Andalucía. Fue muy conocido a principios del siglo XX, realizando numerosos viajes a lo largo y ancho de Andalucía como agitador libertario. Posteriormente se estableció en Valencia desde donde desarrolló una importante actividad en el comité Regional de Levante, colaborando muy activamente en la Solidaridad Obrera de Valencia; representó diversos sindicatos valencianos, por ejemplo, la sociedad El Obrero Instructor de Soneixa (Alt Palància, Castellón) en el congreso de la CNT celebrado en el Teatro de la Comedia de Madrid el 1919; también toma parte en el congreso fundacional de la FAI a Valencia (1927); escribió en La Revista Blanca y El Luchador; siguió activo durante la República, fue redactor de Fragua Social de Valencia. Al final de la guerra era el responsable del comité Regional de la CNT-Centro, y representó la zona en las reuniones del Movimiento Libertario. Detenido al final de la guerra, estuvo internado en los campos de concentración de Los Almendros y Albatera (Alicante), de donde logró pasar a Francia, formando parte del Consejo General del ML. Más tarde se fue a México, manifestándose favorable a la preminencia de la CNT del interior. Falleció en México el 14 de abril de 1974.

GARCÍA CASCALES, Mariano. Anarquista, miembro del Ateneo de Retiro en 1936. Secretario de las Juventudes Libertarias de Madrid y consejero de la Junta de Defensa del general Miaja formada el 7 de noviembre de 1936. Detenido por los franquistas al final de la guerra, estuvo internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante), de donde se fugó aprovechando el revuelo formado con el reparto de las sardinas y el pan. Condenado a muerte, el 18 de enero de 1945 fue fusilado en Carabanchel (Madrid), en compañía de Félix España y Antonio Prieto.

GARCÍA POLANCO, Bernabé. Anarquista, nació en Cádiz el 21 de abril de 1920. Durante la guerra del 36 luchó en la 70ª Brigada Mixta del Ejército Popular de la República. Detenido por los franquistas al final de la guerra, estuvo en los campos de concentración de Los Almendros y Albatera (Alicante). Logró pasar a Orán (Norte de África), siendo internado en el campo de Morand. Se alista en la Legión Extranjera, enfrentándose a un mando. Es enviado a un manicomio de Marsella y posteriormente al asilo de Aix-en-Provence, de donde se escapa. Detenido por los alemanes es recluido en el campo de Grin (Noruega), donde permanece hasta su liberación por los ingleses. Recorre varios países, hasta que se asienta por un tiempo en Montreal (Canadá) donde funda un centro cultural. En él se forma la Federación anarquista canadiense y el Frente de Liberación de Quebec. En 1963 fue detenido, acusado de actos terroristas. Al ser puesto en libertad recorrió América del Sur, siendo expulsado de Chile. En los años 80 regresó a España, asentándose en Zaragoza donde escribió varios libros y colaboró en periódicos y revistas de la época.

GIL VALERO, Leandro. Anarquista, desde muy joven militó en la CNT. Durante la guerra del 36 luchó en el frente de Madrid. Detenido por los franquistas, fue internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante) y, posteriormente, en esta ciudad. Sufrió largos años de cárcel. Al salir, luchó en la clandestinidad, siendo detenido de nuevo.

GIL, Hilario. Anarquista. Detenido por los franquistas, fue internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante). En 1944 aparece como tesorero del comité nacional presidido por Amil.

GRACIA PINA, José. Anarquista de Albalate del Arzobispo (Teruel). Militante activo en la CNT de Albalate. Al producirse el golpe de julio del 36 participó como voluntario en las milicias populares y posteriormente en la 25ª División del Ejército republicano. Detenido al final de la guerra en Alicante, fue internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante), de donde consiguió evadirse y pasar a Francia. En 1942 volvió a su tierra, siendo al poco tiempo detenido y encarcelado. Liberado en 1944, participó en la clandestinidad, viéndose forzado a cruzar la frontera. Murió en Marsella (Francia) a los 68 años de edad.

GUZMÁN ESPINOSA, Eduardo de. Anarquista, nació en Villada (Palencia) el 19 de junio de 1908. Periodista. Al morir su padre, en 1918, la familia se marchó a Valladolid, trasladándose en 1920 a Madrid. Adherido a la CNT, en 1930 entró, como redactor-jefe, en el vespertino madrileño La Tierra, adquiriendo gran notoriedad sus reportajes sobre los sucesos de Casas Viejas y el asesinato de Hildegart. Al cerrarLa Tierra en 1935, pasó como redactor político a La Libertad. El 2 de febrero de 1937 pasó a dirigir Castilla Libre, órgano del Regional Centro de la CNT, central sindical a la que pertenecía desde febrero de 1931. Prisionero de las tropas fascistas italianas en el puerto de Alicante, pasó por los campos de concentración de Los Almendros y Albatera. Trasladado a Madrid, pasará por las cárceles de Yeserías, Conde de Toreno -donde coincidió con Miguel Hernández- y Santa Rita. El 18 de enero de 1940, fue condenado a muerte en consejo de guerra, pena que le sería conmutada en mayo de 1941. En 1943 pasó a formar parte del Comité nacional de la CNT, siendo puesto en libertad condicional en 1944. Inhabilitado para el ejercicio de su profesión, se ganó la vida haciendo traducciones y escribiendo relatos policiales y del oeste, bajo los seudónimos de Edward Goodman, Eddy Thorny... En los últimos años del franquismo y primeros de la democracia publico diversos libros sobre la guerra, los campos de concentración y su experiencia carcelaria: La muerte de la esperanza;El Año de la Victoria y Nosotros los asesinos. En 1978 fue rehabilitado como periodista, colaborando entre otras publicaciones en Triunfo,Tiempo de Historia y Diario 16.  Falleció el 25 de julio de 1991 en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid.

HERBERA DELGADO, Francisco. Anarquista de Binaced (Huesca). Molinero. En 1936 se incorporó como voluntario a la segunda centuria Ascaso, siendo enviado a casa debido a su corta edad. En febrero de 1938 luchó con la 126ª Brigada del Ejército Popular en Teruel y Sarrión, donde resulta herido. Detenido por los franquistas en Alicante, fue internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante). Con el tiempo regresó a su pueblo, trabajando de molinero. Falleció en Monzón (Huesca) el 30 de noviembre de 1997, a los 78 años de edad.

HERRERO, Jesús. Anarquista. Detenido en Valencia, junto a su amigo Antonio Malo, al finalizar la guerra, fue trasladado al campo de concentración de Albatera (Alicante). Posteriormente estuvo en las cárceles de Guadalajara y Torrero, en Zaragoza. Salió de la cárcel en 1943. En 1957 abrió, junto a Malo y Antonio Rasal una tienda en la avenida San José de Zaragoza.

IBÁÑEZ, Antonio. Anarquista de la CNT. Detenido por los franquistas, fue internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante). Fue fusilado en Zaragoza.

ÍÑIGO GRANIZO, Lorenzo. Anarquista, nació en Ledanca (Guadalajara) el 10 de agosto de 1911. Emigró a Madrid con la familia en 1916. Metalúrgico, en 1931 se afilia a la CNT y a la FAI al año siguiente. Miembro del Ateneo de Barrio Bajo. Secretario regional de las JJLL y local de la FAI. Consejero de Industrias de Guerra y de Información en la Junta de Defensa de Madrid, a partir de diciembre de 1936 en representación de las JJLL. Posteriormente se encargó de la sección de defensa del CN de la CNT. En febrero de 1938 es nombrado secretario general de FIJL. Detenido por los franquistas al final de la guerra, estuvo internado en los campos de concentración de Los Almendros y Albatera (Alicante). Posteriormente estuvo detenido en la cárcel de Orihuela, reformatorio de Alicantes y otros centros. Tras ser puesto en libertad se integra en la lucha clandestina, siendo nombrado en el pleno de marzo de 1946 secretario general de CNT. Detenido al mes siguiente, fue condenado a 15 años de cárcel. En julio de 1952 fue liberado, con la salud muy deteriorada. Falleció en Madrid el 31 de abril de 1991.

LARA, Angustias “Maruja”. Anarquista, nació en Granada el 11 de septiembre de 1913. Emigrada con su familia a Brasil y Argentina. En enero de 1932 regresó a Granada, militando en el sindicato de sirvientas de la CNT y en las Juventudes Libertarias (JJLL). En septiembre de 1936 se marchó de Granada, permaneciendo un tiempo, como miliciana, en la Columna Maroto. A mediados de 1937 se asienta en Valencia, ingresa en el sindicato de enfermeras y colabora con Mujeres Libres (tesorera). Al terminar la guerra fue detenida por los franquistas, ingresando en el campo de concentración de Albatera (Alicante). Al poco tiempo logra escapar. Tras pasar un tiempo en Almería y Granada, donde trabaja en una fábrica de caramelos, regresa a Valencia, donde participará en actividades clandestinas.

LEIVA, José Expósito. Anarquista, nació en Úbeda (Jaén) el 4 de enero de 1918. Miembro de las Juventudes Libertarias. En enero de 1937 pasó a formar parte del comité regional del Centro de las JJLL. Secretario de propaganda de las FIJL en febrero de 1938. Redactor de Juvenud Libre, órgano de la JJLL de Valencia. Detenido por los franquistas al final de la guerra, pasó por los campos de concentración de Los Almendros y Albatera (Alicante). Trasladado a Madrid en la llamada expedición de los ciento uno. Tras pasar por la comisaría ubicada en la calle Almagro fue encerrado en la prisión de Santa Engracia. Condenado a muerte, posteriormente le fue conmutada la pena. En septiembre de 1943 salió en libertad, pasando a la clandestinidad. Miembro del CN de la CNT y ANFD, entre octubre de 1944 y septiembre de 1945. Cabeza del noveno CN de la CNT a fines de 1944. En la segunda mitad de 1945 pasó a Francia para hacerse cargo de la cartera de Agricultura en el gobierno republicano de Giral. En los años siguientes mantuvo posturas colaboracionistas y reformistas, rompiendo con la CNT en 1961. Los últimos años de su vida los pasó en América como corresponsal profesional de agencias periodísticas. Falleció en Caracas (Venezuela) el 26 de agosto de 1978.

LIARTE VIU, Ramón. Anarquista, nació en Almudévar (Huesca) en 1918; vecino de Barcelona. Durante la República fue secretario de las Juventudes Libertarias (JJLL) de Cataluña. Iniciada la guerra del 36 combatió en la Columna Durruti-26ª División. En febrero de 1938 pasó al comité peninsular de FIJL como secretario de organización. Algunos autores le sitúan al final de la guerra en Francia y otros en el campo de concentración de Albatera (Alicante). Al parecer luchó en la Resistencia francesa, regresando clandestinamente a España. Estuvo preso en Cuevas de la Almanzora, Almería y Granada antes de ser liberado y marchar a Francia. Ocupó diversos puestos en el MLE reconstruido. Director de España Libre. Muerto Franco continuó en plena actividad: director de Solidaridad Obrera, participación en mítines y congresos, etc.

LLAMAZARES GONZÁLEZ, Lisardo “Chato”. Anarquista, nació en Villafruela del Condado (León) en 1916. En 1932 ingresó en la CNT y en 1935 en la FAY, FIJL y en el Ateneo de Trabajo. En julio de 1936 huyó hacia el norte, alcanzando la zona republicana en septiembre. Tras la caída del frente Norte, pasó a Francia y luego a Cataluña, asistiendo al pleno del MLE de Barcelona de 1938. Al finalizar la guerra, fue detenido por los franquistas en Alicante, siendo internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante). Logró escapar haciéndose pasar por menor de edad y se escondió en San Andrés de Rabanedo. Posteriormente contactó con la resistencia, siendo detenido el 12 de agosto de 1947. Estuvo preso hasta enero de 1948. En 1959 se marchó a Francia, residiendo en Marignane. Regresó en 1977, militando en León.

MARCO NADAL, Enrique. Anarquista, nació en Valencia el 13 de noviembre de 1913. Militante del ramo ferroviario, trabajó desde los 13 años. En 1930 ingresó en la CNT.  Combatió en la Columna de Hierro y fue oficial jefe de información y cartografía del Estado mayor de la 215ª Brigada mixta del Ejército Popular. Detenido por los franquistas en Alicante al final de la guerra, estuvo internado en los campos de concentración de Los Almendros y Albatera (Alicante). A los cuatro meses logró pasar a Francia en compañía de Salas y Génesis López con avales falsificados. En Perpiñán fue detenido por la gendarmería francesa e internado en el campo de Saint Cyprien, de donde salió enrolado en el 23º Regimiento de voluntarios extranjeros. Formó en la primera división francesa libre y combatió contra los nazis en África y Francia. En enero de 1945 fue apresado por los alemanes, siendo llevado al campo de Langwasser, de donde salió meses después. En mayo de 1946 cruza la frontera y se presenta en Madrid, siendo elegido para encabezar el CN clandestino, desarrollando una intensa labor dirigida a reforzar la ANFD y la unión de todos los antifranquistas. En abril-mayo de 1947 fue detenido cuando viajaba de Madrid a Barcelona. El 5 de febrero de 1949 fue condenado a muerte en consejo de guerra celebrado en Ocaña (Toledo). La pena le fue conmutada por la de 30 años, pasando más de 17 en la cárcel. Asiduo conferenciante en sus últimos años, falleció en Torrente (Valencia) el 13 de noviembre de 1994.

MARTÍNEZ DEL HOYO, Sebastián. Anarquista, nació en Madrid en enero de 1918. Al comenzar a trabajar como botones en una sastrería, se afilió a la CNT y en las Juventudes Libertarias (JJLL) en 1932. Deportado en el Buenos Aires tras la sublevación de Figols. Hizo la guerra en la Columna del Rosal, hasta su nombramiento como secretario de las JJLL del Centro en 1937. Comisario de propaganda de la 98ª Brigada Mixta. Detenido por los franquistas en Alicante al final de la guerra, fue internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante). En noviembre de 1939 se fugó con avales falsos, estableciéndose en Sevilla. Poco después se marchó a Madrid, siendo detenido en 1940 acusado de espionaje. Puesto al poco tiempo en libertad, fue de nuevo detenido en 1942, 1944, 1945 y 1946, fecha en la que ostentaba la secretaría del CP de FIJL. Liberado a fines de 1947, a comienzos de 1948 se hace cargo de la secretaría de la CNT del Centro. Tras la frustrada fuga confederal de Ocaña (Toledo) se marcha a Francia, militando primero en la Agrupación confederal de París y, más tarde, en las Comunidades de Trabajo, trabajando en una cooperativa de carpintería. En 1966 se acercó de nuevo a sus antiguos compañeros. Muerto Franco, ocupó los puestos de secretario y tesorero de las Agrupaciones Confederales de la CNT de España en Francia, y en 1996 el de secretario de la Agrupación de París. Falleció en Bobigny el 17 de agosto de 1999.

MILLERA, José. Anarquista de Albalate de Cinca (Huesca). Miembro de la CNT. Detenido por los franquistas al final de la guerra, fue internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante), siendo asesinado al poco tiempo.

MOLINA VÁZQUEZ, Antonio. Anarquista onubense. Al inicio de la guerra se trasladó combatiendo desde Huelva a Madrid, donde mandará una división del Ejército Popular de la República en la batalla del Jarama. Detenido por los franquistas al final de la guerra, pasó por los campos de concentración de Los Almendros y Albatera (Alicante). A mediados de 1939 fue trasladado a Madrid en la llamada “expedición de los 101”, siendo torturado en la comisaría de la calle Almagro y más tarde en un local de la calle Alcalá. Condenado a muerte, posteriormente le fue conmutada la pena.

MORENO TOLEDO, Antonio. Anarquista, nacido en 1896. Sindicalista, militó en la regional Centro de la CNT, ramo de gas y electricidad, representando a este sindicato en el congreso confederal de 1931. Miembro del Comité Nacional de la CNT, el 18 de julio de 1936 desempeñaba accidentalmente la secretaría, ya que Antona se encontraba en la Modelo madrileña como consecuencia de la huelga de la construcción. En nombre de la Confederación, aquel día, se dirigió a todos los sindicatos desde los micrófonos de Unión Radio llamando a la huelga general revolucionaria. Al final de la guerra fue detenido en Alicante, pasando por los campos de concentración de Los Almendros y Albatera (Alicante). Trasladado a Madrid, fue condenado a muerte, pena que le sería posteriormente conmutada. Salió en libertad provisional en 1945. Miembro del Comité Nacional de la CNT en la clandestinidad, en 1954 se exilió en Francia, siendo confinado en Córcega por el general De Gaulle en 1960. Regresó a España en los años 70, ayudando a la reorganización del movimiento libertario. Falleció en Madrid el 11 de agosto de 1978.

MUÑOZ SUAY, Ricardo. Comunista, nació en Valencia el 18 de agosto de 1917. Dirigente de la JSU antes de la guerra. Secretario General de la Unión Federal de Estudiantes Hispanos (U.F.E.H.). Detenido al final de la guerra en el puerto de Alicante, estuvo internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante). En 1946, fue detenido y encarcelado durante dos años y medio. Director de cine, productor y guionista. En los años cincuenta, Muñoz Suay inició una infatigable labor como ayudante de dirección, escritor cinematográfico, productor y relaciones públicas de UNINCI, una productora legalmente constituida que en realidad estaba “gestionada” por la cúpula del Partido Comunista de España. En 1962 abandonó el PCE. Fue miembro de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, así como de numerosos jurados internacionales en festivales como los de Venecia, Bérgamo, San Sebastián y Valencia. También colaboró en medios especializados en cine como Cuadernos del Norte, Cahiers de la Cinematheque, Cahiers du Cinéma, Fotogramas y Destino.

NAVARRO ARNALDA, Jesús. Anarquista, nació en Gurrea de Gállego (Huesca) en 1914. Unido en Valencia por lo civil con Marina Laguarta Ligorred, libertaria. Afiliado a la CNT, fue detenido en 1934. Durante la guerra se incorporó a la División Ortiz del Ejército Popular, formando parte de un grupo guerrillero al mando de Cayetano Continente. Detenido por los franquistas, fue internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante). Se fugó de éste con cinco compañeros, dirigiéndose a la zona de Aragón, donde recuperaron un depósito de armas. Muerto el 18 de mayo de 1939 en un enfrentamiento con la guardia civil en La Paul (Huesca), cuando se dirigían a la frontera francesa.

OBAC PUYOL, Valentín. Anarquista, nació en Monzón (Huesca) el 14 de febrero de 1908. Empezó a trabajar con 11 años. Como aprendiz de herrero. En 1923 se marcha a Francia,  trabajando en una fontanería y en la construcción. En 1924 muere su padre, regresando a Monzón. Posteriormente se marcha a Barcelona, trabajando en las obras de la Exposición Universal de 1929. En 1931-32 cursa bachillerato, lo que le permite trabajar como maestro. Posteriormente trabaja en una oficina de hacienda y saca una oposición a secretario de Ayuntamiento que le lleva a Binaced (Huesca). Iniciada la guerra del 36 encabeza la Junta del pueblo y ayuda en la administración de la colectividad agrícola. Meses más tarde pasa a Barcelona, trabajando en Solidaridad Obrera hasta diciembre de 1937, fecha en la que se enrola en la 25ª División del Ejército Popular, con residencia en Cheste y Villar del Arzobispo. Detenido en Alicante, pasó por los campos de concentración de Los Almendros y Albatera (Alicante), así como por la prisión de Orihuela. Liberado en mayo de 1940, se asentó en Barcelona. Denunciado, es encerrado en Barcelona y Huesca durante más de un año. En diciembre de 1945 es puesto en libertad, trabajando como albañil. En mayo de 1949 pasa clandestinamente a Francia, marchándose a fines de 1951 a Brasil, donde rehace su vida gracias a sus conocimientos de la construcción.

OLMEDO TOMILLERO, Manuel. Anarquista, nació en Carmona (Sevilla) el 20 de abril de 1920. De familia libertaria, se afilió a la CNT con once años. Miembro de la FAI desde 1936. Huido de Carmona, en agosto de 1936 se enroló en el batallón Torres, con el que combatío en Extremadura y Centro, y más tarde en la columna Espartacus del Ejército Popular hasta el final de la guerra. Detenido por los franquistas, pasó por los campos de concentración de Los Almendros y Albatera (Alicante) ante de volver a Carmona. En 1940 fue declarado desafecto al régimen y enviado a un batallón disciplinario en Tetuán (África) hasta 1943 y a un regimiento de infantería destinado en los Pirineos hasta junio de 1946. Retornó a Carmona y más tarde se trasladó a Madrid, militando en el sindicato del transporte y en la FAI. Miembro del secretariado de la AIT entre 1980 y 1988, viajando mucho por el mundo en cumplimiento de sus funciones. Colaboró en diversas publicaciones como CNTCenitCombate Sindicalista o Tierra y Libertad. Falleció en Madrid el 24 de octubre de 1999.

ORTEGA, Juan. Anarquista, detenido al final de la guerra en Alicante, estuvo internado en los campos de concentración de Los Almendros y Albatera (Alicante). Según testimonio de Eduardo de Guzmán, fue uno de los presos trasladados a Madrid en la llamada “expedición de los 101”. Sometido a torturas en la comisaría de la calle Almagro y en un local de la calle Alcalá, fue fusilado por los franquistas.

PACHÓN NÚÑEZ, Olegario “Extremeño”. Anarquista, nació en Bienvenida (Badajoz) el año 1907. Ingresó en la CNT en plena adolescencia, y en ella encuentra una vía propicia para sus inquietudes. Cuenta que “intervino en todas las luchas sociales de Extremadura” de su juventud, y fue detenido y encarcelado en las prisiones de Badajoz, y más tarde en la de Burgos. Cuando estalla la sublevación militar-fascista, estuvo en primera línea, y por mandato de la CNT forma en su tierra el Batallón “Pío Sopena” del que será Comandante Jefe. Luego le será confiado el mando de la 91ª Brigada mixta, y poco antes de la derrota es nombrado Jefe de la 37 División. Prisionero enAlicante, es conducido al siniestro campo de Albatera, hasta que es trasladado a la prisión provisional de Porta Coeli. Se evadió en enero1940, y llega a Francia donde se enrola en el “maquis” francés, tras pasar por el campo de Argelès, Sepfonds y trabajar como leñador. Estafeta del grupo dirigido por Francisco Ponzán. Después de la Liberación fue uno de los organizadores de la Regional cenetista en el exilio. Realizó dos excursiones clandestinas a España, en 1946, y en 1957, en ambos casos con el objetivo de reconstruir la organización. Ha escrito unos orgullosos Recuerdos y consideraciones de los tiempos heroicos, en una edición propia (Barcelona, 1979) subtituladaTestimonio de un extremeñoFalleció en 1982.

PALLAROLS XIRGÚ, Esteban. Anarquista, nació en Manlleu en 1900, si bien otras fuentes citan Vich como lugar de nacimiento. Ferroviario, con la dictadura de Primo de Rivera se marchó a Cuba, donde constituyó un grupo anarquista. Perseguido por el dictador Machado, se echó al monte. Expulsado de Cuba, en 1931 regresó a España. Al comienzo de la guerra del 36 se marchó a Manlleu, colaborando activamente en la organización de colectividades. Tras los sucesos de Barcelona, se fue a Valencia, incorporándose al Comité peninsular de la FIJL, con Miró como secretario general. Tres meses más tarde se fue a las colectivizaciones de Liria, donde permanecerá hasta el final de la guerra. Detenido, fue internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante). Al salir realizó un ímprobo trabajo al frente del primer CN clandestino de CNT (Junta Nacional del Movimiento Libertario), centrada en la ayuda a los represaliados y reorganización de la CNT. Detenido en febrero de 1940, fue tortura y condenado a en 1941 a 18 años de cárcel. Juzgado de nuevo en Girona, fue condenado a muerte. Fusilado en julio de 1943 en el campo de la Bota de Barcelona, si bien otras fuentes señalan 1946

PAULET GARCÍA, Antonio. Anarquista. Natural y vecino de Madrid. Ebanista de 35 años, afiliado a la CNT. Miembro de las Milicias de Vigilancia de Retaguardia destinado en el Comité Provincial de Investigación Pública (Bellas Artes y Fomento). Detenido por los franquistas al finalizar la guerra en Alicante, estuvo internado en los campos de concentración de Los Almendros y Albatera (Alicante). Trasladado a Madrid en la llamada “expedición de los 101”, fue torturado en la comisaría de la calle Almagro y en una casa de la calle Alcalá. Preso en la cárcel madrileña de Porlier, fue fusilado el 31 de agosto de 1940, junto a nueve personas más, en las tapias del cementerio del Este, en Madrid. 

PENIDO IGLESIAS, José. Anarquista de Santiago de Compostela (A Coruña). Comandante del Batallón 219 (Galicia) en el frente de Asturias, participando en la batalla de Mazuco. También mando la 183 Brigada del Ejército Popular. Al finalizar la guerra, fue internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante), según testimonio de Sixto Agudo en sus MemoriasEn 1945 asiste al pleno regional del Norte en Baracaldo, en representación del Comité Nacional de la CNT. En marzo de 1946 participa en el Pleno nacional de la CNT, como secretario de la CNT asturiana, siendo nombrado delegado general en el exterior. En diciembre de 1947 en el Pleno tolesano presentó una ponencia sobre relaciones con UGT. En 1948 aceptó las tesis sobre la restauración monárquica, siendo tildado como anarcomonárquico. Colaboró en Acción y en CNT de México.

PÉREZ FELIU, Manuel. Anarquista valenciano. En 1932 fue detenido y deportado a Villa Cisneros. Militante de la CNT levantina en 1934-35. En 1936 fue uno de los jefes de la guardia popular antifascista en Valencia. Alcalde de Valencia en 1938 en sustitución de Torres y con carácter definitivo en 1939. Detenido al final de la guerra fue internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante). Reconocido, fue encarcelado en Valencia y posteriormente fusilado.

PÉREZ FERNÁNDEZ, Manuel. Anarquista, nació en Osuna (Sevilla) el 27 de agosto de 1887. A principios del siglo XX estaba en Brasil. Carpintero de oficio, participó en las luchas sociales de la época y se hizo anarquista. En 1918 era secretario de Alianza dos Trabalhadores y redactor de la revista Espartacus. Fue expulsado de Brasil en 1919. A su llegada a España fue encarcelado, quedando en libertad en enero de 1920. Hasta la dictadura de Primo de Rivera actuó en Sevilla, en la redacción de Solidaridad Obrera y como contador del CN de la CNT trasladado a la capital andaluza en el verano de 1923. Desterrado en 1924, vivió en Portugal y Francia. En 1928 retornó a España y, de nuevo en Sevilla, trabajó en las obras de la Exposición iberoamericana. Definitivamente en España desde 1931, se dedicó a la reorganización de los sindicatos cenetistas en diversos lugares: San Sebastián, Canarias, Zaragoza, Cádiz y Barcelona. Cuando estalló la sublevación militar de 1936, logró salir de Mallorca. Hasta la derrota perteneció a diversos organismos confederales y dirigió el periódicoRuta. Detenido por los franquistas, estuvo internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante) y posteriormente en prisión, siendo liberado en 1941 por las presiones del consulado brasileño. Se asentó en Río de Janeiro donde continuó con la defensa de sus ideales. Dejó su testimonio en: 30 años de lucha. Mi actuación como militante de la CNT y anarquista español, mecanografiado, Río de Janeiro, 1951. Falleció en Río de Janeiro el 16 de junio de 1964.

PLAZA, Aselo. Anarquista, vecino de Madrid. A comienzos de 1939 fue nombrado redactor-jefe del CNT madrileño. Detenido por los franquistas, estuvo internado en los campos de concentración de Los Almendros y Albatera (Alicante), donde formó grupo con Eduardo de Guzmán y otros. Fue trasladado por la policía a Madrid en un coche junto a Gómez Osorio. Estuvo preso en la cárcel de Toreno, en Madrid. Autor de La salvación revolucionaria de España.

POEYMIRAU ROCHINA, Narciso. Anarquista, natural de Pedralba (Valencia). Labrador acomodado. Por la noche recorría los campos organizando a los campesinos. Iniciada la guerra estuvo al frente de las colectividades de Pedralba. Detenido por los franquistas al final de la guerra, estuvo internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante). Encerrado en una jaula, fue fusilado en Paterna (Valencia) el 6 de abril de 1940. Colaboró en Fragua Social.

PUERTA, Germán. Anarquista, vecino de Madrid. Durante la guerra formó parte del comité local de la FAI. Detenido por los franquistas al final de la guerra, estuvo internado en los campos de concentración de Los Almendros y Albatera (Alicante). Trasladado a Madrid en la llamada “expedición de los 101”, fue torturado en la comisaría de Almagro, 36 y en una casa de la calle Alcalá. Condenado a muerte, pasó largos años en prisión tras serle conmutada la pena (cárcel de Toreno…).

PUEYO GARASA, Gregorio “Cristo”. Nació en Luna el año 1914. Casado. Labrador. Miembro del Sindicato de Oficios Varios de la CNT. Al inicio de la guerra del 36 se escondió cerca de la ermita de Santa Quiteria, entre las localidades de Sierra Estronad y Santa Eulalia de Gállego, hasta que pasó a zona republicana. En 1939 fue detenido por los franquistas en la sierra de Espadán, siendo internado en los campos de concentración de Albatera y Betera. Al salir en libertad condicional regresó a Luna, colaborando con los guerrilleros entre octubre de 1944 y diciembre de 1945. Detenido, fue condenado a doce años de cárcel.

PUYOL SAYAL, Francisco. También figura como Francisco Puyal Llansá. Confederal de Esplús (Huesca). Casado. Agricultor de 30 años. Miembro del Comité Local de CNT en Esplús. El 1 de julio de 1939 fue fusilado por los franquistas en el campo de concentración de Albatera (Alicante).

PUZO CAVERO, Mariano. Anarquista, nació en Naval (Somontano) el año 1916. Hermano de Antonio y Gaspar, fusilados por los franquistas. Miembro de los Grupos de Infiltración y Sabotaje de la 28ª División del Ejército Popular. Detenido al finalizar la guerra, fue internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante), huyendo de éste como Melquiades Cabrera. Tras pasar a Francia, fue internado en Saint Cyprien y Bram. Regresó a España, siendo de nuevo detenido. Estuvo preso en Barcelona entre febrero y noviembre de 1945 como Ramon Rius. Cruzó de nuevo la frontera, ganándose la vida en un quiosco ubicado al pie del Castellet de Perpinyá. Colaboró con la Comisión de Defensa del MLE-CNT, perdiendo en la masía Tartàs el antebrazo izquierdo por la explosión de una piña americana al intentar arrojarla por una ventana tras comprobar que se había desprendido la anilla de seguridad. Falleció en Perpinyá el año 1978.

RALUY SANMARTÍN, Joaquín. Anarquista, nació en Esplús (Huesca) el año 1913. En ostubre de 1934 participó en la sublevación en León, desde el aeródromo. Durante la guerra del 36 fue comisario de la 127ª Brigada del Ejército Popular. Detenido por los franquistas al final de la guerra, pasó por el campo de concentración de Albatera (Alicante) y la prisión de Porta Coeli. Trasladado a la cárcel de Huesca, en agosto de 1940 fue condenado a muerte. En junio de 1944 se escapó, marchando a Francia, vía Barcelona. Trabajó en una colectividad en la construcción en Toulouse. Secretario administrativo del SIA durante diecinueve años. Falleció en Pechbonieu (Francia) el 3 de junio de 1996.

REQUENA MONTALAR, José. Anarquista, nació en Albuixea en 1912. Albañil. Miembro del Comité provincial de las Juventudes Libertarias (JJLL) de Valencia en 1936. Miembro del CR de la CNT durante la guerra. Detenido por los franquistas, fue internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante), de donde pasó a la cárcel de Valencia.

RUEDA PÉREZ, Jacinto. Anarquista, nació en Villavicencio de los Caballeros (Valladolid) el 26 de julo de 1912. Detenido en Cistierna a raíz de los sucesos de diciembre de 1933; posteriormente desarrolla una gran labor en el Ateneo y JJLL de Fabero, así como en el sindicato minero. Destacó en los sucesos revolucionarios de octubre de 1934. El 21 de julio de 1936 fue interceptado por los sublevados cerca de Cacabelos (León), logrando huir por el campo. En febrero de 1937 asistió al pleno de la FIJL, celebrado en Valencia, en representación de Asturias, siendo nombrado en mayo de 1937 encargado de propaganda en el comité interregional juvenil del Norte y en febrero de 1938, secretario de administración (o de propaganda, según fuentes) con residencia en la capital levantina, participando durante todo este tiempo en numerosos actos de propaganda y mítines. Terminada la guerra fue detenido por los franquistas e internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante), de donde salió con documentación falsa. Se refugia en Santander, siendo detenido y pasando dos años en prisión. Al salir se asienta en Villarrubinas (León), incorporándose a la CNT clandestina de León. Abrió una gestoría que sirve de centro de enlace hasta su detención en 1945. Al poco tiempo es liberado, siendo detenido de nuevo a los dos meses. Encarcelado en Puerta Castillo es hospitalizado en varias ocasiones debido a las torturas a las que es sometido. Murió el 22 de octubre de 1947 en León, poco antes de ser juzgado.

SÁNCHEZ FERNÁNDEZ, Heliodoro. Anarquista, nació en Molinicos de la Sierra (Albacete) el 15 de abril de 1909. Desde los siete años trabaja de pastor, maderero, segador, vendimiador y peón de la construcción. Con dieciséis años se traslada a Sagunto, trabajando en Altos Hornos. En 1928 ingresa en la CNT, asistiendo en representación del Puerto de Sagunto a distintos plenos y congresos de la CNT. La sublevación de julio del 36 le sorprendió en Incastillo (Zaragoza), marchándose a Valencia. Combatió un tiempo en la Columna de Hierro. Más tarde trabajó en la industria de guerra. Detenido en Alicante al acabar la guerra, pasó por los campos y cárceles de Alicante, Albatera y Porta Coeli. Liberado, actuó en la clandestinidad hasta su detención en 1944. Condenado a diez años de cárcel, estuvo preso en Zaragoza. Al salir, se incorporó de nuevo a la CNT, siendo detenido en marzo de 1950 en Valencia. En mayo de 1950 pasó a Francia. Se asentó en Toulouse. En 1969 fue expulsado de la CNT. Falleció en Portet (Francia) el 29 de mayo de 1988. 

SÁNCHEZ NIETO, Tomás. Anarquista, nació en Madrid el 16 de noviembre de 1911. Miembro de la CNT y dela FAI en la regional Centro. Luchó en la 14ª División del Ejército Popular de la República, al mando de Cipriano Mera. En 1938 era comisario de compañía. Detenido por los franquistas, fue internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante). Según testimonio de su hija fue fusilado en aquel lugar en 1939 y enterrado en una fosa en el propio campo. 

SANDOVAL CABRERIZO, Felipe “Doctor Muñiz”. Anarquista, nació el 26 de mayo de 1886 en el barrio de las Injurias en Madrid. Fue albañil, ayuda de cámara de una noble familia de París, atracador, anarquista, espía y delatorDirigente de la temida checa anarquista, centro policial instalado en el Cinema Europa del barrio de Cuatro Caminos, ocupó portadas de los periódicos de la época. Tras la guerra fue internado en el campo de concentración de Albatera y trasladado a Madrid la madrugada del 16 de junio de 1939 en la conocida como “expedición de los 101”. Torturado salvajemente en la comisaría de la calle Almagro de Madrid, se suicidó el 6 de julio, “inducido” por sus compañeros detenidos, según señala Eduardo de Guzmán en su libro Nosotros los asesinosa fin de evitar que continuara colaborando con la policíaEl honor de las injurias, largometraje documental dirigido por el pintor y escritor Carlos García Alix (León, 1957), rescata la figura de este hombre, convertido en toda una leyenda de la época.

SANTALIESTRA FIERRO, Cándido. Anarquista, natural de Costeán (Huesca). Labrador de 30 años, adscrito a la CNT. Detenido al final de la guerra estuvo internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante). En agosto de 1939 fue trasladado a la cárcel de Barbastro (Huesca) y más tarde a la de Huesca. Condenado a muerte, fue ejecutado en Barbastro el 27 de marzo de 1940.

SERRANO. Anarquista y tipógrafo madrileño. Detenido por los franquistas al final de la guerra, estuvo internado en los en los campos de concentración de Los Almendros y Albatera (Alicante), según reseña Eduardo de Guzmán en El año de la victoria. Testimonio de los campos de concentración franquistas.

SERRANO AYUSO, Ambrosio. Anarquista, nació en Almodóvar del Pinar (Cuenca) en 1902. Activo militante de la CNT, combatió durante la guerra en la Columna de Hierro. Detenido al final de la guerra, estuvo internado en Albatera (Alicante), campo del que consiguió fugarse. Detenido en la guerrilla, fue fusilado en la Malvarrosa (Valencia).

TARROC LLACERA, Manuel. Anarquista de Esplús (Huesca). Detenido por los franquistas al final de la guerra, estuvo internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante), siendo fusilado en este lugar el 1 de julio de 1939. Tenía 31 años.

TORROC LLACERA, Manuel. Anarquista de Esplús (Huesca). Detenido por los franquistas al final de la guerra, estuvo internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante), siendo fusilado en este lugar el 1 de julio de 1939. Tenía 31 años.

TRENC, Manuel. Anarquista de Alcampel (Huesca). Detenido por los franquistas, fue internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante). Condenado a muerte en Huesca, salvó la vida por una pariente monja. Juzgado de nuevo fue condenado a cadena perpetua, pasando doce años preso en San Miguel de los Reyes (Valencia).

TRIGO, Fernando. Anarquista, miembro del Sindicato de Sanidad de la CNT. Practicante de profesión, estuvo durante la guerra en una unidad de la Cruz Roja. Detenido por los franquistas al final de la guerra en Alicante, estuvo internado en los campos de concentración de Los Almendros y Albatera (Alicante), según testimonio de Eduardo de Guzmán.

VALLEJO SEBASTIÁN, Miguel. Anarquista, nació en Barcelona el 27 de julio de 1909. En enero de 1933 fue detenido en Zaragoza, donde era uno de los principales militantes del sindicato del metal. Secretario del Comité Regional de Aragón de la CNT. Al estallar la guerra pertenecía al Comité local de grupos anarquistas de defensa en Zaragoza. Combatió en la 25ª División del Ejército Popular y fue secretario de la regional Cenetista de Aragón durante la guerra. Detenido al final de la guerra, fue internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante). Condenado a muerte, le fue conmutada la pena por la de 20 años de cárcel. Liberado, organizó la regional aragonesa y mantuvo contactos con la guerrilla turolense. Más tarde se trasladó a Valencia, asumiendo en 1949 la secretaría general de la CNT clandestina. Perseguido por la policía se trasladó a Barcelona y en 1952 pasó a Francia. Falleció en Toulouse (Francia) el 4 de marzo de 1962.

VICENTE ESTEBA, Sebastián. Anarquista de Alcorisa (Teruel). Jefe de la 118 brigada de la 25ª División del Ejército Popular. Al final de la guerra fue detenido en Alicante siendo internado en los campos de concentración de Los Almendros y Albatera (Alicante). Logró salir a tiros acompañado de Carod y Castán, alcanzando la frontera gala. En 1939 aparece en el campo de St. Cyprien.

VILLAR MINGO, Manuel. Anarquista, nació en Pradoluengo (Burgos) el 24 de diciembre de 1904. Emigró con su familia a la Argentina, asistiendo allí a la escuela y a un centro técnico. Deportado en 1932, regresó clandestinamente y fue de nuevo deportado de Argentina en 1932. En 1933 aparece en España al lado de Abad de Santillán. Dirige en Barcelona Solidaridad Obrera y acaba en la cárcel. Favoreció el voto en las elecciones de 1936. Durante la guerra estuvo en el Comité central de abastos catalán por la FAI. Detenido al final de la guerra, estuvo internado en los campos de concentración de Los Almendros y Albatera (Alicante). Liberado meses más tarde, fue de nuevo detenido y condenado a muerte en Valencia, pena que le sería conmutada. Excarcelado en 1946, asume la secretaría de la CN de la CNT clandestina. En noviembre de 1947 fue detenido, siendo condenado a 25 años de presidio. En 1960 marcho a Argentina llamado por Abad de Santillán con quien colaboró en diversas obras. Director de CNT y Fragua Social. Falleció en Buenos Aires el 29 de octubre de 1972.

VIU CABRERO, Antonio. Anarquista, natural de Costeán (Huesca). Labrador de 27 años, afecto a la CNT. Al final de la guerra fue detenido por los franquistas, siendo internado en el campo de concentración de Albatera (Alicante). Trasladado a Barbastro (Huesca) y posteriormente a Huesca fue condenado a muerte, siendo ejecutado el 27 de marzo de 1940 en Barbastro.

ZUERAS MIRALBES, José. Anarquista, natural de Esplús (Huesca). Pastor de 38 años. Miembro del comité local de la CNT. Delegado de ganadería en el Comité Revolucionario de Esplús. Detenido al final de la guerra, estuvo internado un tiempo en el campo de concentración de Albatera (Alicante). Al salir regresó a su pueblo, siendo ahorcado por los franquistas en 1940 en Esplús.